Como establecimiento educacional, este mes de diciembre, nos despedimos de una gran profesora, una maestra para sus pares, que es una persona fundamental en la historia del Colegio Rauquén, y que comenzará una nueva etapa en su vida: nuestra colega Ana Victoria Hernández Muñoz.
Durante casi tres décadas, vivimos junto a ella momentos felices, otros difíciles que logró superar; fuimos testigos de sus sueños y logros, que convirtió en sabiduría para su vida y que traspasó al aula. Y compartió esos conocimientos con sus compañeros de trabajo, con la solidaridad y amabilidad que la caracterizan.
Su vocación, generosidad y compromiso con sus alumnos; su forma de enseñar que combinaba la ternura, la paciencia y la exigencia; su espíritu solidario y empático, promoviendo campañas altruistas, son algunas de sus cualidades y valores que admiramos en su labor docente y en su esencia personal, y que han dejado profundas huellas en varias generaciones de alumnos, familias, directivos, profesores y funcionarios que han integrado este colegio.
Querida tía Ana Victoria; Fue un gran honor tenerla como colega y aprender de su forma de trabajar y de ser. Su lealtad la hizo merecedora del cariño y el respeto de quienes la conocieron. Su presencia en el Colegio Rauquén será recordada con alegría, emoción y afecto.
Nos deja un gran legado, que será honrado por cada persona que la conoció. Siempre ocupará un lugar muy especial en nuestros corazones. Ahora le espera el tiempo del descanso, de descubrir un mundo nuevo y de seguir disfrutando de la vida.
La Corporación Educacional y la Dirección del Colegio Rauquén le agradecemos todo lo que nos entregó y le deseamos lo mejor para el futuro!







