Ex alumna Massiel Vargas Toledo
Sus padres querían que ella y su hermano mayor estudiaran en un establecimiento que además de entregar conocimientos, reforzara valores tan importantes como la solidaridad, el respeto, el pensamiento crítico, el luchar por los sueños, la honestidad, la lealtad, entre otros, e hicieron grandes esfuerzos para que sus hijos pudieran ser parte de nuestra institución. Y tomaron la decisión correcta, ya que Massiel atesora muy buenos momentos y enseñanzas de sus años como estudiante.
Los invitamos a conocer la historia de esta joven mujer, alegre, positiva, que ama lo que hace, que está cumpliendo sus sueños y que tiene muchos proyectos en mente. Y que siente que su paso por este establecimiento la marcó de una manera muy positiva. Esperamos que sus vivencias motiven a más de alguno de nuestros estudiantes. Y quizás los profesores y el CECRA 2022 puedan cumplir uno de sus anhelos: regresar y vivir plenamente un aniversario del colegio.
EL COLEGIO ERA COMO UNA GRAN FAMILIA.
¿En qué año y en qué curso ingresaste al Colegio Rauquén?
“Ingresé al colegio cuando estaba en Pre Kinder en el año 1993 y estuve toda mi época escolar, hasta el 2007, cuando egresé”.
¿Tus papás, escogieron el colegio por alguna razón en particular?
“Sí, porque querían que estudiara en un buen colegio, ya que como los padres siempre dicen “la educación es la mejor herencia”. A pesar de que nos quedaba un poco lejos, vivíamos en Santa Fe, mis padres hacían el esfuerzo para estuviéramos en el lugar que ellos consideraban que era la mejor opción para mi hermano y para mí.”
¿Qué es lo que más te gustaba de estar en el Colegio Rauquén?
“Que sentía que el colegio era como mi casa, estudié hasta 4° Medio ahí: conocía a la gran parte de los estudiantes, profesores y funcionarios; era un ambiente familiar y acogedor. Lo pasé muy bien en el colegio, fue una muy linda experiencia, siempre le digo a mis estudiantes que me encantaría volver al colegio, regresar a los aniversarios que eran tan entretenidos y disfrutar de las actividades que los profes hacían para nosotros.”
“No estudié en otro colegio como para poder comparar, pero por mi experiencia laboral, creo que cada colegio tiene su sello que lo identifica. El sello del Colegio Rauquén es que era como una gran familia, donde había mucho cariño, pero también mucha exigencia, normas y reglas.”
¿Cómo era tu relación con tus compañeros de generación, con el resto de los alumnos, con los profesores y funcionarios?
“En general era muy buena, nunca estuve envuelta en algún conflicto con compañeros o profesores, más allá de que me retaran por hablar mucho. Con mis compañeros de generación la relación era muy buena, varios estábamos en el colegio desde pequeños y nos conocíamos, por lo tanto, había una relación cercana, de cariño y de respeto. Lo mismo con la gran mayoría de los profesores y funcionarios.”
Tu curso ¿Era unido? ¿Qué rol jugaron los profesores jefes que tuviste, para fomentar la buena relación entre ustedes?
“Cuando estudiaba, había un hito, no sé si se mantiene actualmente: en Tercero Medio los cursos se separaban en Científico, Humanista y Matemático. Hasta Segundo Medio, mi curso era muy unido, porque llevábamos mucho tiempo juntos. Cuando nos tuvimos que separar, para elegir el área más acorde con nuestras perspectivas futuras, el proceso de adaptación fue en un principio difícil para mí, porque estaba acostumbrada a estar con las mismas personas: pero con el paso del tiempo aprendimos a conocernos y entendernos y así empezamos a forjar relaciones muy bonitas, de mucha confianza y unión. Para lograr esa cohesión, el rol de nuestro profesor jefe fue muy relevante para promover la interacción, la unidad, el buen trato, el respeto y la buena relación que logramos construir.”
¿Mantienes contacto con algunos de tus compañeros?
“Sí, de hecho, mi grupo de mejores amigas, mis amigas de la vida, son las del colegio. Me reúno periódicamente con ellas. Con algunos de mis compañeros formamos un grupo muy grande en la universidad. Con el paso del tiempo, por temas de disponibilidad de horarios en nuestros trabajos, se fue perdiendo un poco el contacto, Y por redes sociales mantengo contacto con muchos más, de mi curso y de otras generaciones.”
¿Crees que tus profesores te motivaron de buena manera para soñar con ser profesional?
“Uno de los hechos que más destaco, y que me sirvió para mi vida universitaria, fue la motivación constante que me entregaron para estudiar. En eso años se nos preparaba de buena manera para la PSU, y los profesores nos transmitían y convencían que teníamos la capacidad para continuar nuestros estudios en la Educación Superior, estábamos seguros que íbamos a lograr cursar una carrera. Siempre tuvimos el apoyo y los recursos para conseguirlo.”
Todos tenemos profesores favoritos ¿Quiénes fueron los tuyos? ¿Por qué te impactaron de forma especial?
“Como estuve tantos años en el colegio a casi todos los recuerdo con mucho cariño. En el jardín estaba la tía Marión; en Básica la tía Gemita, que hasta hace unos pocos años me la encontraba en el centro y cada vez que nos veíamos conversábamos mucho, era una persona muy dulce y amorosa. También quiero mencionar al tío Pedro Rodríguez, quién fue una persona muy importante para nuestra familia en un momento difícil, y al tío Alberto, quien siempre tuvo mucha paciencia para enseñar y se preocupaba de nuestro bienestar; también me acuerdo del profesor Mauricio Benavente, que hacía unas maravillosas clases de Ciencias, era mi asignatura favorita; también le tenía mucho cariño al tío Pedro Pablo, que, aunque nunca me hizo clases, era el profesor jefe de mi hermano y fue muy cercano a nosotros. Y en la Enseñanza Media, con la mayoría de los profesores se generaban vínculos más cercanos, porque nosotros éramos más grandes y eso nos permitía ser más empáticos con ellos y su labor. Incluso con el tío Alejandro, que nos enseñaba Lenguaje, fuimos colegas en un colegio cuando comencé a trabajar. Fue muy gracioso de pasar de verlo como mi profesor a ser un par en la vida laboral. Cada uno de ellos y muchos profesores más, dejaron una huella en mi porque eran personas profesionales, entregadas, cariñosas, alegres, comprometidas con el trabajo, se vinculaban con los estudiantes, se daban el tiempo de hablar con nosotros, de conocernos y eso marca la diferencia.”
¿Sientes que el Colegio Rauquén marcó tu vida? ¿Por qué?
“Sin duda la Comunidad Educativa dejó una huella positiva en mí, porque ahí aprendí mucho de lo que sé de la vida: a relacionarme con mis pares, con los adultos, con personas con autoridad; viví experiencias positivas y negativas, de las obtuve grandes aprendizajes.”
A los alumnos de hoy, especialmente a quienes están en Tercero y Cuarto Medio, ¿Qué les dirías, frente a lo que viene en su futuro, con tu mirada de profesional y ex alumna?
“Les pediría que tomaran sus decisiones con calma, que traten en lo posible mantener a raya el estrés, organizándose de buena manera, para que puedan tener tiempo para todo; que, a pesar de estar a un paso de la adultez, al cumplir la mayoría de edad, son muy pequeños aun, en especial en lo relacionado a su pensamiento, que disfruten del ciclo que están cerrando: están pasando sus últimos meses en el colegio, que es una especie de cuna para la vida.
Y a los adultos que los rodean, que se preocupen de cuidar su bienestar y su salud mental, que les pregunten sobre sus emociones; que, si los ven agobiados, estén cerca para apoyarlos y transmitirles calma, y que entiendan que cada estudiante tiene sus propios procesos, para tomar una decisión tan transcendental como es escoger una carrera que le asegure su futuro y felicidad.”
Cuando saliste de Cuarto Medio: ¿Tenías clara tu vocación?, ¿ingresaste de inmediato a la Universidad?, ¿estudiaste lo que querías?
“Siempre tuve claro que mi vocación iba por el área de salud, por eso elegí estar en el curso científico. Pensaba que estudiaría Obstetricia o Enfermería. No me alcanzó el puntaje para estudiar esa última carrera. Así es que hice preuniversitario, tenía un trabajo de media jornada. Di la PSU de nuevo, mejoré mi puntaje, pero nuevamente no logré ingresar a la opción que quería. Pero si logré quedar en la universidad que quería, la UCM, Y comencé a estudiar Psicología, con la intención de hacer un cambio interno a Enfermería. Pero cuando llevaba un año de estudio, pensé “todo pasa por algo” y continuar en esa carrera fue una excelente decisión.”
¿Fue muy difícil la vida universitaria? ¿Cómo lograbas compatibilizar los tiempos de estudios y con la vida personal?
“Sí, en parte fue difícil: era muy independiente antes de salir de la casa, pero nunca había vivido sola y los dos primeros años viví en Talca. Allí me fui adaptando a la situación, aprendí a organizarme, surgió el hábito de estudio, Y como era muy inquieta, me quedaba tiempo para trabajar. Lo más complicada era compatibilizar los tiempos de estudio con la vida personal, ya que como tenía dos grandes responsabilidades, sacrificaba horas de sueño con el fin de tener mis momentos. Eran hartas exigencias, creo que abusé de mi energía y de mi juventud, por tratar de compaginar todo y tuve algunas complicaciones de salud. Y me vi obligada a “bajar las revoluciones” y en ese período obtuve muchos aprendizajes importantes.”
Cuando egresaste ¿Te costó enfrentarte al mundo del trabajo? ¿Las prácticas laborales de la carrera, te fueron de utilidad para imaginarte cómo sería el futuro para ti?
“No me costó, porque como trabajé desde muy chica, ya sabía a lo que me enfrentaba, la diferencia es que ahora lo hacía desde el área profesional. En Psicología tuvimos una sola práctica, que es al final de la carrera y la realicé en un consultorio de Curicó, ya que tengo la mención en Salud. Y me sirvió para imaginarme cómo sería mi futuro laboral, Me hubiera gustado que en la malla de la carrera hubiéramos tenido más experiencias prácticas, ya que la carrera puede desarrollarse en distintos ámbitos.”
“Este es mi octavo año laboral y desde que egresé comencé a trabajar en colegios, a pesar de que me especialicé en Salud para desempeñarme en consultorios u hospitales. Estuve en ese establecimiento por dos años y me retiré porque postulé a un puesto a zona extrema y fui seleccionada, Así es que me fui a vivir a la Región de Aysén, en Villa Cerro Castillo, un lugar muy alejado, rural. Era un pueblito muy pequeño y fue una experiencia maravillosa, porque me encanta la naturaleza, la montaña y por supuesto el contacto con la gente. Estuve dos años allá y decidí regresar porque estaba muy alejada de mi familia y mis amigos y empecé a extrañarlos mucho, a pesar de que mi trabajo y las personas que conocí me hacían feliz. Regresé a Curicó y encontré trabajo en un colegio y en un CESFAM.”
¿En qué situación laboral te encuentras hoy en día?
“Afortunadamente tengo una vida laboral muy intensa: trabajo 44 horas en un colegio y ese tiempo se divide enel Programa de Integración Escolar (PIE) en Convivencia Escolar. También trabajo 11 horas en el CESFAM de Rauco, en el programa “Vida Sana”, donde me centro en ayudar a personas que tienen malnutrición, para que puedan estar bien.”
¿Eres feliz en lo que haces? ¿Por qué?
“Me gusta mucho lo que hago, si bien trabajo 55 horas a la semana, pero cuando haces lo que te motiva, te sacrificas por un bien superior, Además que quiero aprovechar que soy joven, que tengo energía y que puedo hacerlo, Soy inmensamente feliz con mi profesión, tengo la suerte de que hacer algo que me gusta y disfruto, y a la vez recibo una retribución económica que me permite ser independiente. Me encanta estar con personas, conversar con ellas, sentir que soy útil, acompañar a la gente en momentos difíciles de su vida. También es lindo saber que puedo potenciar la inteligencia, capacidades y habilidades de estudiantes y orientar a las personas en la toma de decisiones, que tengo la posibilidad de acompañarlos en procesos de cambio. Creo que existe un prejuicio de la sociedad hacia los psicólogos, porque se cree que solo atendemos a quienes tienen problemas de salud mental, pero es solo una parte de nuestra labor. También trabajamos con personas sanas, promoviendo iniciativas y espacios para sanar a otros. Y cuando la gente entienda eso, se va a comenzar a valorar el rol de los psicólogos en diversos entornos laborales.”
¿Qué planes tienes para el futuro a corto y mediano plazo?
“Hace un tiempo pude concretar un logro que me tiene muy feliz: comprar mi casa y poder independizarme, Y eso es un aliciente para seguir trabajando con más ganas, para ir convirtiéndola en un espacio cómodo y acogedor. No me proyecto a largo plazo, ya que creo que es mejor vivir el día a día, siempre con un objetivo- El mío en este momento es ser feliz, sentirme bien, disfrutar a mis seres queridos y desde esa base ir construyendo momentos y valorarlos.”
¿Qué sueños te quedan por cumplir?
“Muchos, todos los días se me ocurre algo nuevo. Me gustaría seguir viajando, conocer lugares nuevos; en algún momento tener un terreno gigante para tener muchos animales y disfrutar de la naturaleza; lograr en algún instante de la vida independencia laboral, poder trabajar en un proyecto personal, que me permita tener más tiempo para mí, para mi familia, para descansar y encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, porque en estos últimos años me he dedicado a “sacarme la mugre” con el objetivo de conseguir mis sueños.”
“Creo y espero que sí, que se haya generado un cambio positivo, en el que las personas hayan aprendido a valorar a sus seres queridos, los momentos de compartir, la vida, ya que muchos perdieron a sus familiares y nos vimos muy expuestos a la fragilidad de la existencia. A veces somos un poco inmóviles, pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo y no aprovechamos algunas oportunidades, o estamos muy centrados en nuestras carencias. Solo debemos parar, darnos cuenta que lo que nos pasa no es tan malo y cambiar la forma en que vemos el mundo y como nos percibimos a nosotros mismos.
Lamentablemente la pandemia sacó a relucir muchos problemas de salud mental que estaban escondidos. Es hora de que nos preocupemos de esa dimensión, ya que a veces hacemos vista gorda a cierta sintomatología o somatizaciones: creemos que es normal vivir con ansiedad, tener insomnio, o sentirnos deprimidos, pero no podemos vivir así. Lamentablemente el sistema de salud no nos garantiza la cobertura en las patologías de salud mental, por lo que nosotros mismos debemos autocuidarnos, y realizar actividades que nos haga sentir bien y disfrutar de las cosas simples de la vida.”
¿Qué les dirías a los estudiantes que quieren estudiar psicología?
“Les diría “¡Bienvenidos futuros colegas!”, que postulen, que no tengan miedo, La carrera es muy linda, pero también es difícil, hay que estudiar y leer mucho, hay que ser estructurado, organizado. Como profesionales podemos trabajar en diversas áreas; los invito a investigar, para que vean si Psicología es lo que ustedes esperan de la profesión, que sepan en qué pueden trabajar, que vean las mallas curriculares.”
¿Qué mensajes le enviarías a tus profesores y funcionarios que te conocieron? ¿Fueron importantes para ti?
“Por mucho tiempo los extrañé, he aprendido a vivir con esa melancolía de echar de menos al colegio y a las personas que lo integran. Los recuerdo a todos con mucho cariño, incluso me emociono al pensar en mi época escolar. Siempre recordaré las experiencias que nos hicieron vivir, de la preocupación, del cariño. Y ahora que soy profesional y trabajo en el área educacional, me he dado cuenta del esfuerzo que hace cada uno de ustedes, del amor y cariño con el que hacen su labor. Y sería muy feliz si me invitan a algún aniversario, porque me encantaba que los profesores dieran lo mejor de sí para que nosotros lo pasáramos bien. Les envío un abrazo gigante, muchos cariños y mi agradecimiento por siempre, por todo lo que hicieron y hacen por los estudiantes.”
