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¿CÓMO ERA NUESTRA QUERIDA TÍA ELENA REYES? (PARTE 1)

 

Este sábado 28 de septiembre , se cumple un nuevo aniversario de la partida de nuestra fundadora Elena Reyes Norambuena, maestra , madre, educadora exigente y afectuosa, amiga leal, esposa y compañera de sueños del Tío Tito Tello, uno de los cuales es el que nos une de por vida con ellos: nuestro querido Colegio Rauquén. ¿Cómo era la tía Elena? La vamos a conocerla mejor, gracias a los testimonios de sus hijos.
CHRISTIAN TELLO REYES: “Mi madre vivió para servir, para entregar lo mejor de sí a los demás, ayudando y escuchando a quien la necesitara. Era valiente y luchadora por esencia, y demostró su fortaleza también en su enfermedad. Recuerdo su alegría cuando la felicitaron a nivel comunal por sus 30 años de servicio, por su abnegado trabajo. La mayoría de quienes fueron sus alumnos guardan muy lindos recuerdos de ella,  ya que, a pesar de ser estricta, era una muy buena profesora y una persona muy cercana y humana”.
CARLA TELLO REYES: “Era una muy buena mamá: preocupada, hacendosa, siempre estaba haciendo cosas en la casa, nunca descansaba. O trabajaba en temas del colegio o estaba ocupada en los quehaceres domésticos, planchando, lavando, cocinando, ordenando. Su mayor sueño en el mundo de la Educación era que sus alumnos y alumnas fueran felices, así en el futuro serían hombres y mujeres felices. Y en el plano personal, soñaba tener una familia común y corriente, plena, con sus hijos, nietos y bisnietos”.

PABLO TELLO REYES: “Tuve el orgullo de ser alumno de mi mamá, me hizo clases en 5° y 6° Básico; también tuve el honor de sentarme junto a ella en la sala de profesores y que me dijera colega. Recibí muchos consejos que atesoro, como cuando revisamos pruebas juntos, tomándonos un té o un café, y me entregaba orientaciones, las que fueron muy importantes para mí, que comenzaba mis pasos en la docencia.
Como mamá era estricta, cariñosa; nos hacía darnos cuenta de nuestros errores y que aprendiéramos de ellos. Le gustaba el orden y la disciplina, tanto en la casa como en el trabajo, pero con la dosis justa de cariño”