Hoy, 28 de septiembre, se cumplen 25 años de la partida de Elena Reyes Norambuena, fundadora del Colegio Rauquén. La tía Elena fue una mujer que se dedicó con mucho amor a las dos tareas que más le apasionaban en la vida: su familia y la docencia. Dejó una profunda huella en todos quienes tuvieron la oportunidad de conocerla.
Fue una pionera en la educación, ya que, con sus propias manos junto a su marido, el tío Tito, crearon un establecimiento educacional innovador, en el que los estudiantes de todos los estratos sociales se conocieran, convivieran, se respetaran, aprendieran y cumplieran sus sueños.
Era esforzada, tenía un carácter fuerte y tierno al mismo tiempo. Vivió para servir, para entregar lo mejor de sí a los demás, ayudando y escuchando a quien la necesitara. Era valiente y luchadora por esencia, y demostró esa fortaleza en su enfermedad, que fue un proceso muy difícil para todos sus seres queridos.
Sus alumnos la recuerdan como una profesora excelente: correcta, responsable y querendona; sus hijos como una madre dedicada y sacrificada, que siempre quiso darle lo mejor a su familia; sus amigos dicen que se caracterizaba por ser muy honesta, y por pedirles que respetaran a todas las personas,
En este día tan significativo, es más que necesario mantener vivo su ejemplo de perseverancia, lucha, bondad, cariño, orgullo y vocación, cualidades que viven en el corazón de quienes tuvieron la oportunidad de conocerla y quererla, y en todos los integrantes de nuestra Comunidad Educativa.
Querida tía Elena: quienes formamos parte de este establecimiento, tenemos la hermosa responsabilidad de continuar con el legado que Usted y el tío Tito nos dejaron. Esa es nuestra misión y nos sentimos orgullosos de que este sueño que forjaron, llamado Colegio Rauquén, sigue creciendo y fortaleciéndose en el tiempo, como ustedes hubiesen querido.