Por José Salazar.
Profesor, Jefe UTP Colegio Rauquén.
Después de dos años, por fin tenemos a nuestros estudiantes en el colegio. Al igual que sus profesores, vivieron y formaron parte de iniciativas inéditas en nuestra educación. En primer lugar, asistieron a clases de vía remota, lo que implicó un gran desafío para los docentes ya que tuvieron que adaptarse rápidamente a plataformas y aplicaciones tecnológicas, con el fin de captar el interés de sus estudiantes en cada clase y así transmitir los conocimientos y aprendizajes a distancia.
Posteriormente, a mediados de 2021, comenzamos con la modalidad de clases híbridas, que fue el primer paso a la presencialidad. Y como la asistencia era voluntaria, algunos alumnos optaron por mantenerse en sus casas y otros asistieron al colegio durante varios meses.
Si hacemos un balance de ambas experiencias, nuestro balance es positivo, porque se cumplieron muestras expectativas, contamos con un buen nivel de asistencia y atención, durante el año 2021 se avanzó de mejor manera los aprendizajes de objeticos priorizados (en relación a 2020).
Con la experiencia de las clases a distancia e híbridas, como Unidad Técnica Pedagógica, nos dimos cuenta de que esta modalidad tenía sus ventajas, como el hecho que podíamos llegar a todos los hogares de nuestros alumnos y desventajas, como sucedía en el caso de los alumnos que querían avanzar en los contenidos y debían esperar al resto de sus compañeros. Desde el punto de vista del trabajo que realizaron los profesores es necesario destacar la gran diversidad de estrategias que utilizaron, con lo que demostraron su capacidad de adaptación y creatividad.
En relación a las exigencias del Ministerio de Educación, se nos solicitó durante el 2021 que avanzáramos con los objetivos priorizados. Para cumplir con esta tarea, fuimos monitoreando algunas asignaturas aplicando las Pruebas DIA (Diagnóstico Integral de Aprendizajes). Y según lo que pudimos observar, los estudiantes cumplieron las metas y expectativas que ellos mismos se plantearon, con el apoyo de los docentes.
Desde la semana pasada, estamos aplicando la evaluación DIA a nuestros alumnos que cursan entre Segundo Básico a Segundo Medio en Lenguaje; de Tercero Básico a Segundo Medio en Matemática; y de Quinto a Octavo Básico en Historia. El resto de los estudiantes han estado realizando evaluaciones diagnósticas. Con los resultados de estas pruebas, podremos comparar esa información con la de las mediciones realizadas a fines del año pasado, lo que nos permitirá realizar una restructuración de lo que queremos planificar para este 2022, que es principalmente seguir con los lineamientos del ministerio para cada uno de los niveles. Y en los cursos superiores, queremos ir avanzando en la preparación de nuestros estudiantes para la rendición de la nueva evaluación externa, la prueba PAES (Prueba de Acceso a la Educación Superior).
En este mes de marzo, con el fin tener un parámetro que nos permita validar todas las evaluaciones, ya sean las pasadas y las que vendrán, tenemos contempladas las siguientes iniciativas: integraremos a nuestro colegio el “Libro de Clases Digital” del Mineduc, que permitirá al equipo directivo y a los docentes tener información centralizada de los estudiantes y generar mejores estrategias de aprendizaje. Además, en el aula, en estas primeras semanas realizaremos dos trabajos pedagógicos fundamentales: recuperación y nivelación de aprendizajes, grandes desafíos, que permitirán que nuestros alumnos puedan tener, al finalizar de estos procesos, un dominio homogéneo como curso, en relación a los contenidos y aprendizajes enseñados.
Debido a la trascendencia de estas medidas, queremos ir trabajando con calma en estas primeras semanas, para ir analizando las exigencias y para fortalecer los vínculos y armonizar la relación entre docentes y alumnos.